A mí tb me gustaría poder estar en las nubes, pero actualmente es imposible, quizá debiera poner una enorme foto como la tuya en el interior de mi casa y recrearme en ella. Un besote
Cuando yo era niño, tenía un sueño recurrente que me maravillaba y me hacía amanecer de buen humor. Era la visión de una constelación de estrellas, de colores blancos, amarillos y azules; era una visión mágica, como irreal, dentro de la cual yo flotaba.
Una mañana, tendría yo trece o catorce años, me desperté serio, como apesadumbrado. Entonces, no sé muy bien por qué, miré a mi hermano mayor con quien compartía habitación, y le dije: "hoy he soñado con las estrellas por última vez".
Y así fue. Nunca más volví a ver aquella onírica constelación. Clausuré con ello mi infancia, pavorosamente perdida, infancia triste y alegre. El recuerdo de aquel sueño, de los pocos que conservo, me sigue proporcionando placer. Gracias, Mari Luz, por provocarlo otra vez.
mira que son bonitas, he estado haciendo un curso de astronomía y he disfrutado como una enana blanca, aunque ahora ando luchando por no ser atrapada por un agujero negro, besitos
¡Siempre en las nubes!
ResponderEliminarBeso estelar.
que maravilla después me cuentas todo lo que viste, debe ser increíble .
ResponderEliminarbesos cósmicos
... igual, te gusta este blog:
ResponderEliminarhttp://miradordefreeman.blogspot.com/
Preciosa fotografía...
Un beso.
A mí tb me gustaría poder estar en las nubes, pero actualmente es imposible, quizá debiera poner una enorme foto como la tuya en el interior de mi casa y recrearme en ella. Un besote
ResponderEliminarQué suerte. ¿Qué tal se está por ahí? El paisaje debe ser precioso.
ResponderEliminarUn besote.
Cuando yo era niño, tenía un sueño recurrente que me maravillaba y me hacía amanecer de buen humor. Era la visión de una constelación de estrellas, de colores blancos, amarillos y azules; era una visión mágica, como irreal, dentro de la cual yo flotaba.
ResponderEliminarUna mañana, tendría yo trece o catorce años, me desperté serio, como apesadumbrado. Entonces, no sé muy bien por qué, miré a mi hermano mayor con quien compartía habitación, y le dije: "hoy he soñado con las estrellas por última vez".
Y así fue. Nunca más volví a ver aquella onírica constelación. Clausuré con ello mi infancia, pavorosamente perdida, infancia triste y alegre. El recuerdo de aquel sueño, de los pocos que conservo, me sigue proporcionando placer. Gracias, Mari Luz, por provocarlo otra vez.
mira que son bonitas, he estado haciendo un curso de astronomía y he disfrutado como una enana blanca, aunque ahora ando luchando por no ser atrapada por un agujero negro, besitos
ResponderEliminar