Hemos tenido un par de días de 'veranillo de San Martín', luminosos y
con temperaturas durante el día más que agradables. Pero llegué aquí
justo cuando atardecía, sin tiempo para haber encontrado la luz del sol.
El pequeño lago queda en zona de umbría, silencioso y húmedo, y el
único consuelo es enviar la mirada hasta el final, hacia los Pirineos
aún limpios de nieve. Estuve muy poco tiempo: nunca me ha gustado esa
sensación de perder la luz en mitad del campo, y sentir el frío y la
humedad, y estos días en los que el ocaso se ha adelantado tanto se
hacen particularmente tristes y extraños. Es tiempo de recogerse en
casa. Caminamos hacia el invierno, ya.
¡Qué maravilla!
ResponderEliminarUn beso.
Estaba pensando... para cuándo me invitas a un paseo?, un beso preciosa
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