Esta es la primera imagen que ví: su cabeza inclinada y un fondo increíble lleno de recortes de prensa de ciclismo, de este año…y del siglo pasado. Yo le ví, y él me vió, claro, esa era su ventana-atalaya de observación de una calle importante del pueblo. Y estábamos en pleno verano : calorcito, ventanas abiertas, y ganas de charla.
Sólo hicieron falta diez minutos, y me contó varias cosas : entre otras, que era una pena que no hubiera coincidido con los amigos parroquianos que van a visitarle todas las mañanas a su taller. Me enseñó las banquetas vacías : “una pena, seguro que le hubiera gustado la cháchara que montamos aquí…”. También me habló de lo feliz y afortunado que se sentía. Ese era el trabajo de su vida, y decía no necesitar más. “¿Jubilarme? ¿Para qué? Si esto es mi vida: aquí nunca me aburro, tengo los amigos que vienen todos los días, y me entero de todo, con esta ventana. Aquí se “guipa” todo”. “Hágame fotos, claro, ¡ cómo no! Si hasta personas de los Estados Unidos me las han hecho alguna vez…Si es que no quedamos más que dos compañeros : otro en la capital, y yo”.
Lo cierto es que no dejó de aporrear las tapas de los zapatos mientras charlaba conmigo, sin prisa pero sin pausa, bien concentrado en su afán. Es cierto que si uno encuentra su “lugar”, o ama su oficio, sea el que sea, y es consciente de ello, puede sentirse feliz: con más o con menos. Y lo contrario, puede ser una auténtica tortura. Pero ese no parecía ser su caso: insistió en que era un hombre feliz. Y aquí lo dejo. Es una simple historia del verano pasado…
12 comentarios:
Gracias Only.
Un beso.
La felicidad no sé definirla, pero sí creo que tiene una característica. Es simple. Hoy me siento un hombre feliz, y en parte te lo debo a ti, por el balance que me dejaste, el cual me desbalanceó. De paso te cuento que H.M. puede aparecer alguno de los sábados que le quedan al año...
Un beso
PD: A veces me enredo con palabras. Te dije que me emocionaron las tuyas?
Se van extinguiendo entre lo desechable y las pocas ganas de tener oficios tan humildes.
Besos
No sabía que te trataban de Usted, Mariluz. ;-)))))))))
Señor, si señora.
Por acá todavía quedan oficios así, pero si son felices no lo sé, tendría que acercarme a uno de ellos, cámara en mano y hacerle hablar, pero me temo que ese don, sólo lo tiene OnlyMary y vive muy lejos.
Hermosa entrada.
Grandioso. Esta vez mi visita era para desearte FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO 2009
Hipatia,
otro beso para ti.
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Mareclo, yo tb creo que es simple...
Un beso
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Ale,
las palabras justas...
Un beso
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Luis,
mira que estás gamberruco... :)))))
has olvidado cómo hablan en tu tierruca?
Un besuco
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Beatriz,
me encanta hablar con las personas, eso es cierto. Yo tampoco sé si él era feliz como decía....
Un beso
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Pegasa,
qué tempranera...muchísimas gracias, te deseo lo mismo, y especialmente, un 2009 lleno de éxito en tu nuevo desempeño!.Suerte!
Un beso,
Me encantan este tipo de escenas, de fragmentos sacados del día. Me encantan las personas como él, lo positivo que dejan en los rastros de las palabras. Claro que también hace falta alguien como tú para saberlo contar tal cual y por eso mismo, darle el sentido completo.
Besos
¡Cuánto tiempo hace que ya no veo a un zapatero como el que nos has dejado tú....Aún recuerdo el último que había en la plaza de abastos... en su sitio hay una tienda de bolsos...Añoro a esos personajes... tan afables y tan metidos en su oficio... Un abrazo grandote.Angela
Es que da gusto el ciclismo en España...desde los tiempos de Induráin que sigo a los especialistas de vuestro país, que han tenido un año maravilloso en el 2008 con Sastre y Contador como puntas de lanza.
Cuando uno está en un trabajo del cual no dan ganas de jubilarse (no por el ingreso sino que por el placer)...es que se encontró el oficio perfecto. No hay forma de reemplazar a los zapateros remendones...porque no es llegar y comprar un par de zapatos nuevos.
Saludos afectuosos, de corazón.
Cuando ví la primera imagen, presentí que era un zapatero. Hace años un amigo me dejó un libro que trataba de este gremio, de su peculiaridad. A ver si me acuerdo del título, lo encuentro o le pregunto a mi amiguete. ¡Era curioso! Gracias, bonita. No me siento sola si sé que andan personas como tú por el planeta azul.
María, qué curioso lo que dices del libro: a ver si lo recuerdas, síp
Un besazo a tí también,
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