George Rodger, 1947.
Niños wagogo
Me
encontraba en un Curso de Verano-Seminario de cierta duración en el que
se abordaban diferentes disciplinas artísticas en relación a la
Música y su pedagogía como eje principal. Lo impartían especialistas
de diferentes lugares del mundo, e incluía aspectos tan variados como
el estudio de nuevas metodologías del ritmo ( a a través de los Taiko-
tambores japoneses , por ejemplo, o de la práctica del claqué ) ,
expresión corporal en relación con el teatro y la danza ,
improvisación musical a través de instrumentos de placa , y otros talleres tan variados en su interés como los que he mencionado. El
enfoque del curso estaba dirigido a conocer expresiones musicales de
diferentes lugares del mundo y , de alguna manera, tratar de ampliar
nuestros conocimientos como docentes.
Yo no tenía idea, no estaba programado, pero aquella misma tarde tuve la oportunidad de conocerlos un poquito más.
***
Los Wagogo habían llegado
hasta allí de la mano de Polo Vallejo, compositor, etnomusicólogo y pedagogo español que ha dedicado varios años de su vida al estudio de
la música polifónica de los Wagogo, tribu de Tanzania. Años más tarde ha sido premiado por su tesis sobre el tema.
Esa misma
tarde pasamos a un salón muy amplio, y tomamos asiento en las viejas
sillas de madera del lugar, dejando un espacio central para recibirles.
Justo antes de que ellos comenzaran su actuación, se formó un pequeño
revuelo detrás de mí, y en un instante vi cómo un importante
personaje musical español tomaba asiento casi a mi lado. Su presencia
sellaba la excepcionalidad de lo que íbamos a ver.
Y
así fue. En pocos minutos se presentó ante nosotros el pequeño grupito
de wagogos, prácticamente desnudos, ataviados solamente con algunas
pequeñas prendas habituales de su tribu. Eso sí, las chicas lucían
espectaculares peinados y multitud de adornos por todo su cuerpo. En
cuanto empezaron a sonar los tambores en aquella vieja sala , comenzó
la danza. Creo que fue en ese momento cuando los que estábamos allí
dejamos de respirar. Al menos yo no podía hacerlo, tal era la
impresión que me produjeron.Y tengo que añadir que hubo momentos en los
que pensé que alguna de las chicas wagogo iba a desnucarse, tal era
la velocidad, fuerza y violencia con la que sus cabezas giraban en el
aire al mismo tiempo que clavaban sus miradas en nosotros, europeos ,
‘blanquitos' sentados sin respiración y con la boca abierta. La
percusión, con polirritmias endiabladas, retumbaba en la sala, pero a
pesar de que el escenario distaba totalmente del suyo habitual, al
aire libre y en medio de su aldea, su fuerza te envolvía y absorbía
totalmente, como si fuera lo más natural del mundo sentir aquello. Hoy,
tanto tiempo después , lo recuerdo puro, salvajemente instintivo, y
absolutamente vital.
Maravilloso.
Meses después, los Wagogo
hicieron una pequeña gira por España, y actuaron en Pamplona, donde su
presencia se publicitó como ‘de especial interés para el público más
joven’.
En
ese momento, no había estallado aún la explosión de tantos nuevos
auditorios musicales en nuestro país, ni el marketing que les
acompaña, pero el teatro estuvo lleno para presenciar su actuación. Lo
cierto es que a mí me resultó un poco decepcionante su presencia, ya
que , desde mi punto de vista, había perdido algo de la frescura que
pudimos disfrutar en aquella ocasión, un año antes, y en los vídeos
filmados en Tanzania que en su momento pudimos ver. Aunque su fuerza y
valor eran indudables, la coreografía que presentaban, el 'orden'
establecido para la actuación me hacían verlo como una explosión de
vida encerrada entre las cortinas de terciopelo de aquel escenario.
Pero fue una estupenda oportunidad de disfrutar de nuevo de semejante
espectáculo.
Y
después de los aplausos de rigor, que suelen parecerme escasos y algo
fríos en esta tierra, el público abandonó la sala, y nunca más se
volvió a escuchar nada sobre los Wagogo.
Hace
tiempo, charlando con Jesús, integrado en la vida africana, surgió
este tema, y le prometí contar aquí mi pequeña experiencia con ellos.
He tardado un poco, pero al final he cumplido.
La página de Polo Vallejo no permite la inclusión de su contenido fuera
de su web, así que aquí dejo lo único mínimamente digno que he podido
encontrar sobre el tema. Espero que os guste.
12 comentarios:
Arf, arf.... creo que soy el primero, arf.
A ver, que digo, un momento, que nadie escriba nada, que acabo y le doy al "publicar".
Bueno, espera, le doy al publicar, luego acabo de leer y de escucharlo, y luego pongo otro comentario. si mejor.
Gracias sisi. Encantador donde lo haya.
Jesús.
Imagino a todos mis paisanuos de Corbán (mi barrio) alucinados con esa tribu salida del interior africano. Bonita anécdota, Sisi. Gracias por tu generosidad al compartirla.
Imagino a todos mis paisanuos de Corbán (mi barrio) alucinados con esa tribu salida del interior africano. Bonita anécdota, Sisi. Gracias por tu generosidad al compartirla.
Imagino... jajaja.
Jesús,
el video es hipermegacortito, pero no he podido encontrar nada más completo.
Fíjate en cómo terminan...:), ponen el broche sin que nos demos cuenta..
Besos :))
Sisi
*********
Luis,
has visto qué cosas suceden al ladito de tu casa ? :)))
Beso con percusión
Vaya, pues espero que haya habido ambiente. Y que muchas personas pudieran tener oportunidad de aprovechar para verlos. jajaja. Gracias por traernoslos aquí. Es que de mi Mª Luz no esperaba yo menos jajaja. Te dejo que voy a colgar el post de la despedida de LOLI.
una maravilla, la percusión siempre me pareció que conectaba con la sangre, con el ritmo del corazón, es decir con la vida misma, precioso.
Feliz semana a ritmo de corazón
Yo ahora preferiría algo más pausado, que me sosegara por dentro. Y ese tam-tam me enloquece.
Pero es bueno conocerlo todo, Mariluz.
Besos estridentes
Ahora ya con mas tranquilidad,ya he conseguido ver el video.
Para mí, tu excelente entrada y descripción de lo que viste y sentiste tiene un valor muy especial, por varios motivos. Y uno de ellos, sólo uno de ellos, es por ser una profesional de la música que cuenta la experiencia de ver por primera vez en vivo y en directo algo así, en su entorno y los artistas africanos fuera del suyo. No tiene precio desde luego.
Desde la experiencia de ver sus caras cuando los encontraste en el restaurante, pasando por la primera actuación, hasta la última, ya mas montada, en Pamplona.
Hay algo que siempre me acaba sorprendiendo, y es esa ¿necesidad? de adaptar la música y baile a los telones, a las orejas de la audiencia. Es algo que también se hace aquí. Muchos hoteles y sitios para visitantes adaptan música y bailes para hacerlos mas "audibles" e "inteligibles" a los visitantes, y personalmente es algo que no me gusta nada, le quitan la esencia y la vida. Entiendo que a veces nuestras duras orejas de occidente no están hechas, pero a mí corto entender, acaba siendo una versión aguachinada del mas excelente chocolate que uno pueda paladear.
Y ante el peligro de acabar haciendo el comentario mas largo que la entrada (perdón perdón, uno se dispara con estas cosas...) me despido.
He disfrutado como un nano con tu entrada, bien lo sabes.
Gracias por compartir esta experiencia, y para mí que digo yo que dado que ésta te ha salido tan bien y tan redonda, quizás, digo, a lo mejor queda alguna que otra por ahí pendiente, de sitios donde letras raras son el común... ejem, ejem...
Cuídate sisi.
Beso.
Se me olvidaba, que ya he visto el enlace que me dejaste al ataque de risa nacional Tanzanés; Buenísimo.
gracias de nuevo sisi.
Jesús.
De nada, Carmen, un placer , alguien más habrá oído hablar de ellos ahora...
Besitos
*******
Isabel,
totalmente de acuerdo con lo que dices, y esa idea, precisamente, es la base de muchas metodologías actuales de pedagogía musical. Lo mismo te digo, feliz semana!
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Fan, hay momentos para todo, como bien dices, y cada cual debe encontrar el que necesite..
Disfruta sosegadamente ,
Un beso
*******************
Gracias Jesús, pero sabes que esto lo escribí pensando en tí; si no, creo que no hubiera salido del pasado :).
Supongo que parte de mi ‘pequeña decepción’ surgía precisamente de haber podido entender un poco mejor a los Wagogo en el curso: la integración total de la música en su vida diaria, formando parte de todos los rituales de iniciación, etc, y también el hecho de tener una perspectiva musical un poco más amplia que otras personas... Comparto lo que comentas: desaparece la esencia y la vida. y tampoco me gusta.
No se puede presentar algo tan especial, tan valioso y tan lejano de la cultura europea de esa forma ( es mi opinión), pero no sé las razones que lo generaron. Entraría en un tema muy largo si sigo expresando mi punto de vista aquí y ahora, y no es lugar....:) Ya tendremos ocasión de retormarlo en tu próxima visita...
Jeje, qué buena memoria tienes, (con el reto que me planteas). Cierto, es la misma idea, y, aunque la verdad es que lo había olvidado ( hay tantas cosas que han quedado atrás...), a lo mejor un día de estos lo encajo en algún lugar, y lo escribo. Pero es que hay tanto !! ...que me pierdo , jajaj .Ya veremos :) Creo que necesito un secretario, vacaciones ( tiempo) y de vez en cuando, alguien que me pinche..:)
Gracias por tu comentario,
un besazo, y recuerdos a la lechuza :))
Uno entiende de percusiones que es llegar y darle con fuerza a lo que suene...pero hay toda una herencia detrás de ese drumming que, evidentemente, varía según el lugar y el aprendizaje.
Sobre la pérdida de frescura de los Wagogo que acusas...puede ser una cosa de que ya no es la novedad primaria, ni para espectadores ni para los protagonistas. Quizás tanto anuncio mató la sorpresa.
Saludos afectuosos, de corazón.
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