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sábado, 27 de noviembre de 2010

Moi, je t'offrirai





Moi je t`offrirai
Des perles de pluie
Venues de pays
Où il ne pleut pas




Ya estamos rodeados de blanco: ya ha nevado en la ciudad y los montes que la rodean permanecen congelados. He leído que hoy ya están encendidas las luces navideñas en las calles principales, pero no las he visto aún. Fondo oscuro, negro, la noche y luces de colores. Encuentro una voz negra y las luces de colores de su timbre. Pronuncia el francés con un acento girado, grueso y vibrante. Mientras la escucho pienso qué difícil es hacer una buena versión de un tema  asociado inevitablemente a su autor, el grandísimo Brel . Pero Nina es mucha Nina.

Mañana veré el blanco. Esta noche me envuelvo en esta voz negra, y sus colores.





lunes, 22 de noviembre de 2010

22 de Noviembre, Santa Cecilia y la Música







Una de mis celebraciones favoritas ha sido, hasta hace pocos años, la del día de Santa Cecilia, patrona de los músicos. Cuando era pequeñaja salía del colegio como una exhalación, como un torpedo, y con el cómplice permiso de los profesores, para poder participar en los conciertos que se celebraban ese día en el conservatorio donde estudiaba. Eran dos premios en uno : poder romper la monótona rutina lectiva, y cantar con el resto de compañeros ‘musicales’ obras que me fascinaban y  despertaron  mi amor  incondicional a la música.   'This little babe', del misterioso y enigmático Britten,  
el dulcísimo 'L’Adieu des bérgers a la Sainte Famille, de Berlioz , elección debida a la formación francesa que poseía nuestro  director de coro,
o  la famosísima 'Cantata 147' de  J.S.Bach , bella hasta la médula,
, formaban parte de un repertorio elegido sin concesiones a la juventud de aquellos niños que éramos entonces. La calidad  y  el esfuerzo que nos pedían tenían recompensa:  gozar haciendo buena música. Éstas y otras obras perviven en mi memoria, afortunadamente, y consiguen que en un solo instante me transporte a aquella infancia feliz y lejana.
Todavía existía un ingrediente más que siempre asocio a ese día : las nueces de Doña Cecilia, nuestra vecina del piso superior. Mi madre, detallista, sociable y extrovertida, me recordaba hábilmente que a Doña Cecilia le haría ilusión si la felicitaba por su cumpleaños, y, aunque  a mí me suponía luchar un poco con mi timidez, subía corriendo las escaleras en cuanto llegaba del colegio. Claro, Doña Cecilia se emocionaba ( a su manera, roncalesa), y, siempre, me decía que esperara un segundo en la entrada de la casa : cuando volvía me ponía en las manos un par de bolsas llenas de nueces, de los nogales que tenía en un precioso pueblo del Valle de Roncal . Eran unas nueces pequeñas, irregulares y sabrosísimas. Ya no he vuelto a comer ninguna que se le pareciera…Bajaba las escaleras dando saltos, como siempre, ansiosa por  mostrar el tesoro, y contar, como cada año, cómo me había felicitado ella a  mí también por ser ‘música’. 
En aquel día, en aquellos Santa Cecilia, no hacía frío en noviembre, aunque el carbonero siguiera visitando nuestra casa dejando el reguero de polvo negro de su saco en el camino hasta la cocina. Tampoco hacía frío en la Catedral o en la iglesia de turno donde cantábamos . Ni hacía frío en el camino de casa al colegio, ni en los ensayos, ni parecía tampoco que oscureciera tan pronto.  Noviembre y Santa Cecilia eran cálidos, porque estaban llenos de luz, de nogales, de saltos por las escaleras de casa y días de nieblas luminosas , en gris y ocre. Estaban llenos de Música. Y nueces.

  
*
Dedico esta entrada  a Pascual Rodríguez Aldave , músico, compositor, profesor , ex-Director del Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona, que también fue profundamente innovador, y controvertido en muchos momentos de su vida,y  al que, por su influencia en momentos clave de la mía,  debo agradecer haber sido completamente feliz  unida a la música. Gracias siempre.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Un día de noviembre, Leo Brouwer



Sin darnos cuenta (al menos yo) hemos llegado hasta  mediados de mes. Hoy hemos tenido un auténtico día de noviembre, frío, lluvioso y tristoncillo: ideal para abrigarse bien en caso de querer salir a chapotear  charcos.

No sé en qué pensaba Leo Brouwer cuando compuso esta pequeña pieza para guitarra. Dudo que se inspirara en la oscuridad de esta época prenavideña, invernal y fría en esta parte del globo. Quién sabe... Pero la tituló así: Un día de Noviembre. 
Como el de hoy.



lunes, 15 de noviembre de 2010

Antes de que amanezca

via internet






Siempre que escucho este tema recuerdo el comentario que me hizo quien me regaló el cd : decía que en ese momento la escena mostraba la caída de copos de nieve, en un plano que miraba directamente al cielo, desde el punto de vista del espectador. Nunca ví la película ( Antes que anochezca), pero la idea quedó archivada en mi mente. De vez en cuando echo mano de una asociación música-momento de este estilo, que me sugiere sensaciones, fantasías, o que simplemente, se unen a momentos que pertenecen a un punto concreto en el tiempo y en el espacio, y que 'registran' , como en un cuaderno de bitácora, pequeñas ( o grandes) vivencias. Las del día a día que forman la vida.

Últimamente estoy recogiendo algunas especiales. Por motivos laborales, algunos días debo madrugar mucho. Cuando camino hacia mi coche, las calles están absolutamente vacías, no circula apenas nadie, y mientras me acerco a él, disfruto pensando en el momento en que conectaré la radio. Los doce minutos que me separan de mi destino suelen ser especiales, mágicos, absolutamente personales. En esa atmósfera solitaria y oscura, la música que suena en el dial adquiere una dimensión especial. Suena tan distinta....!

Cuando doy, después, los buenos días a los primeros compañeros de trabajo, ya me he transformado. Aún falta un buen rato para que amanezca, pero yo, ya he 'registrado' una voz, el timbre de algún instrumento, o una armonía, o una melodía que vuela desde Brasil o desde los años cincuenta, qué más da...., y la voz cálida de  algún locutor. Pequeñas vivencias. Antes de que amanezca.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Umbría en San Martín




Hemos tenido un par de días de 'veranillo de San Martín', luminosos y con temperaturas durante el día más que agradables.  Pero llegué aquí justo cuando atardecía, sin tiempo para haber encontrado la luz del sol. El pequeño lago queda en zona de umbría, silencioso y húmedo, y el único consuelo es enviar la mirada hasta el final, hacia los Pirineos aún limpios de nieve.  Estuve muy poco tiempo: nunca me ha gustado esa sensación de perder la luz en mitad del campo, y sentir el frío y la humedad, y estos días en los que el ocaso se ha adelantado tanto se hacen particularmente tristes y extraños.  Es tiempo de recogerse en casa. Caminamos hacia el invierno, ya.






domingo, 7 de noviembre de 2010

En la esquina





Después de una caminata, a paso rápido, de tres horas, sin provisiones ni agua ( el deporte favorito de los españoles es la improvisación y  hoy he sido muy, pero que muy española  ), con el cierzo ribero  arreciando sobre nuestros cogotes,  se imponía encontrar un lugar para apaciguar la sed y, a ser posible, alguna tapa para acompañar. Pero el pueblecito más cercano parecía un poblado fantasma del oeste americano de las películas. Sólo faltaban los arbustos rodantes que cruzaran la calle principal de los westerns. Ningún bar a la vista, ni un alma para poder preguntar, y la sed acuciando...

Afortunadamente, algún 'artista' local decidió aprovechar la esquina, y en un 'ejercicio de síntesis minimalista, limpieza de líneas y mensaje diáfano', como diría algún crítico de  arte, nos ha mostrado el camino escondido . ¿ Para que decir más ?

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Oremus








Diluvió durante toda la tarde, y después de haber dejado por fin las maletas en nuestro alojamiento, ya  entrada la noche, nos dirigimos a cenar al único restaurante abierto esa noche, en varios kilómetros a la redonda. La elección era  obligada por tanto , y sólo quedaba comprobar, después de conducir sobre una carretera que parecía un río iluminado con los faros del coche , qué íbamos a encontrar. La cena superó con creces nuestras expectativas,  pero la sorpresa vino de la mano  del dueño, que, para acompañar un postre de su creación, nos invitó a degustar un vino especial, dijo...

Sinceramente, al principio pensé que podía   romper el final previsto de la magnífica cena, y añadir un superávit  de alcohol que yo pretendía evitar, sólo por el hecho de tener que conducir a continuación.
Pero mi sorpresa fue absoluta. Me enamoré...
Me faltó tiempo para sacar, entre risas y la euforia provocada por el vino que había regado  la cena, una libreta para apuntar, antes de que fuera tarde, el nombre de esa delicia desconocida, original como ninguna.  Ahí dejo  la pista, por si alguien quiere seguirla, en forma de tapón... Pero lo mejor es comprobarlo, sin duda  ninguna.

Gracias, Lourdes

Gracias, Lourdes
Un abril encantado

Gracias, Marino

Gracias, Marino
http://marinobaler.blogspot.com/

Gracias, Ulysses

Gracias, Ulysses
http://franciscomendez.blogspot.com/

Gracias, Luis

Gracias, Luis
http://asfoso.blogspot.com/

Gracias, Bombis y Borombis

Gracias,  Bombis y Borombis
http://bombisyborombis.blogspot.com/