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Durante toda mi vida, hasta hace muy poco, he tenido la suerte de trabajar en lo que he considerado un lujo de unión : niños y música. He tenido alumnos de todas las edades , también adultos y adolescentes, pero al final, los mejores y más profundos agradecimientos se los debo a los niños. En la última etapa profesional me encontraba en un Centro con alrededor de 400 niños , desde los 3 años hasta los 12. No todos eran alumnos míos, sólo unos pocos que formaban parte de un programa muy especial. Pero acababa conociendo a todos, y la mayor parte acababan conociéndome a mí. Eso hacía que la entrada al trabajo por la mañana se llenara de saludos, desde las filas, desde las escaleras...desde cualquier lugar desde el cual ellos te pudieran ver...y gritar para saludar. Era algo parecido a una gigantesca concentración de gorriones mañaneros, plenos de vitalidad , y con caritas sonrientes esperando que les guiñaras el ojo y les sonrieras. Genial. Pura vida.
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Pero al profundizar con cada uno, en la clase ( individual, todo hay que decirlo ), se establece una conexión especial, simple , sincera , profunda, y duradera. Y más aún, si la materia de trabajo es la música, y el niño descubre que él puede hacerlo...que puede hacer música también. Siempre he reconocido que ha sido un lujo. Que he vivido un lujo. Pero así como la mayor parte de mis ex-compañeros docentes, a lo largo de muchos años y varios Centros diferentes, han mostrado su cansancio...o, simplemente, lo consideraban trabajo, y no mucho más, yo he vivido otra perspectiva. La del niño. Y afortunadamente, con esa me he quedado. Para siempre.
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En este momento me dedico a otros menesteres, pero no he olvidado la suerte que tuve. Poder tener día a día , cerca, las preguntas de un niño, las bromas, los ojos abiertos como naranjas al descubrir algo, la alegría, la mirada limpia y certera, los cariños , los regalitos, las confesiones sobre si me gusta tal o cual chico, los dibujos sorpresa que te hacían en los que siempre salías favorecida , los finales de curso con pantalones cortos y las piernas ya un poco morenas...
Alguno de ellos me ha dado la alegría de invitarme a escucharle en concierto...y puedo asegurar que hay pocas cosas más emocionantes y bellas. Pero aunque ya no los tengo al alcance de mi mano, sigo observándolos. Sin querer. Y me sigue encantando su mirada. Siempre certera.
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11 comentarios:
Compartimos contigo la sensibilidad musical y creemos también que ella establece un lazo más en las relaciones humanas que está por encima de las palabras.
Gracias por visitarnos. Nos gusta tu presencia y lo que enseñas así que si nos permites, vendremos a verte más veces.
Un beso.
Bombis y Borombis
Bombis y Borombis:
ya he visto por vuestros comentarios en Onlymusic que compartimos sensibilidad musical, lo cual me alegra un montón.
Gracias a vosotros por venir aquí: yo también os visitaré...seguro; no se pueden perder lugares como el vuestro.
Un beso
Entiendo de lo que hablas. He vivido esa misma experiencia con el deporte. Hay veces que retrocedes en el tiempo y siempre queda un resquicio de felicidad. Eso es lo bueno. Inolvidable.
Me alegra que coincidamos en eso, Luis ; es una suerte, verdad?
Ayer leí algo de E.Galeano,
(Ventana sobre la memoria).
Y la última frase decía:
"Para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un puerto de partida. "
Pues eso. Con ganas, y con memoria.
Luisa, y tanto que tienen "cosillas"!!
Entre otras cosas..pueden ser agotadores. Pero son lo mejor...junto con los perros.jeje
Un abrazo
Bellos recuerdos. Acompañan como las flores de un jarrón que jamás se marchitaran.
Beso con corazón.
Ana,
preciosa imagen...pero sé que eso es un imposible. Así que prefiero pensar lo mismo que siempre decía mi abuela cántabra: las rosas tienen que morir en el mismo lugar donde nacen, no hay que cortarlas.
Pero yo tuve su aroma.Y ese recuerdo sí que permanece.
Un beso muy fuerte.
Este año cumplo 25 años de egresado de la escuela secundaria. Estoy ansiando que llegue octubre para ver a mi profesora de literatura y preguntarle:
- me recuerda? Porque yo sí me acuerdo bien de usted, y los cuentos de Borges, Cortázar y Mujica Láinez que analizamos. Las poesías de Quevedo, los comentarios del Quijote...
Puedo nombrarle cada cuento con su comentario particular, lo que nos enseñó a ver en cada uno de ellos...eso quiero decirle. Me pregunto si ella me recordará...
Un beso Mary!
Caray, Marcelo, ni dudes que te recordará!
La misma fortuna que tuviste tú de tener a una profesora que te descubrió algo,- realmente-, seguro que la tuvo ella contigo, y no lo digo por compromiso. Desde el lado del profe se ve perfectamente quién destaca y quién no, y apuesto con los ojos cerrados a que tú estabas en el de los que sí, es evidente!jaja
De todas maneras....cómo se nos quedan grabadas algunas personas...verdad? Es precioso.
( acabo de pensar que este puede ser tema para otra entrada algún día, es tema universal, cumple requisitos)
Un abrazo fuerte,
Tú lo has dicho y así es. No sabes cómo me identifico contigo.
Un abrazo grande
Casi han salido 20 promociones desde que dejé mi colegio, y tras estar más de 10 de esos años fuera, en Madrid, cuando paseo por Santander me siguen saludando mis antiguos profesores.
Genial.
Saludos,
JP
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