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Acabo de dejar a mi amiga “ladelpincel” en una esquina cerca de mi casa, después de darnos besos “volverianos” ( les llamo así a los besos con los que se despedían las chicas de Almodóvar en “Volver”: unos mil doscientos en cada mejilla y apretaos, bien apretaos ). Ella es experta en eso. ¡Yo no lo hago tan bien!
Aparte de compartir el cierre de su exposición de pintura, nos ha dado tiempo a charlar un poco, a reírnos y a asombrarnos cada una con la otra otro rato. Es amiga, claro.
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Ella estaba deseando hacerme algún comentario sobre este blog. Yo no sabía que lo había seguido últimamente, y me ha sorprendido. Por supuesto, me interesaba mucho lo que me decía, porque me conoce bastante bien, pero sobre todo, porque me conoce personalmente. Me mostraba algo nuevo para mí.
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Pero uno de los adjetivos que ha empleado para describirlo ( que no voy a repetir aquí, y no porque fuera malsonante, justo lo opuesto) me ha hecho cavilar al llegar a casa. Y he decidido cambiar la entrada que pensaba escribir, la que me rondaba hoy, por esta otra. Así también voy a hacer honor a lo que se supone que es un cuaderno de bitácora.
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RAE
1. m. Mar. Libro en que se apunta el rumbo, velocidad, maniobras y demás accidentes de la navegación
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El resultado final es que me han entrado ganas de hablar de las pequeñas cosas del día. De que hoy, por ejemplo, cuando iba en mi coche a trabajar a las 8 menos cuarto de la mañana, me ha parecido que se había estropeado el climatizador. Y he fruncido el ceño, hacía frío. Pero también quiero contar que esta tarde se había arreglado solo , sin más ( menos mal). Y que el elevalunas automático de la puerta del conductor a veces también parece más lento. Será que lo mareo. Y que habitualmente compro en pequeño comercio. Y que esta tarde he tenido suerte, y he aparcado en mi calle a la primera, sin dar vueltas y vueltas. Y que un camión enorme ha estado hoy a punto de no cederme el paso y mandarme a freír espárragos. Y que, y que, y que…
Son las cosas del día a día. De cualquiera.
Eso sí , aunque esté a pie de tierra, seguiré navegando siempre que pueda todos los mares. Sople nordeste o sureste, yo llevo mi rosa de los vientos. Aviso a navegantes.
2 comentarios:
Hoy, tu entrada me ha parecido estupenda...y ¿sabes el porque?... porque huele a diario , a que mañana al pasar la página encuentre otra aventura distinta pero que te sale de dentro eres tú misma...y creo que éso es lo más importante...Un besote grande.Angela
Buenos días Angela, solete.
Eso pretendía; a veces acierto con mis impulsos. Es evidente que no puedo plasmar aquí mi día a día , asustaría! jajaj.Pero intenté dar un pequeño giro al rumbo, y eso sí, te puedo garantizar que soy yo misma, nunca invento nada ( de momento, nunca se sabe). Es que no me hace falta - :)..con las cosas que me suceden ( como yo las veo),tengo más que suficiente!
Un abrazo fuerte!
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