Gente normal y corriente

Hay personas que duermen en un banco de diseño en el puerto durante una cálida mañana de verano. Han llegado de África, y antes de taparse con algo parecido a un pareo, dejan el calzado a sus pies y giran la cabeza para evitar seguir escuchando las risas burlonas que provienen del banco contiguo (quiero pensar que son conocidos o compañeros) , con gentes del lugar.

Y personas que vuelven a casa agotadas después de haber pasado la noche en el hospital acompañando a un enfermo, quién sabe, a lo mejor como medio de vida .

Y personas que desempeñan oficios duros, en el mar y en tierra.

Personas que no abandonan el atuendo que les ha definido, a pesar del tiempo, y que no necesitan más que una sencilla bicicleta para acercarse hasta los pantalanes, donde apañan algún producto del mar.

Personas que te cuentan que dejan colgadas así las botellas de agua, para que se refresque, cuando están en alta mar. Genial, jeje.

Personas que siguen desempeñando oficios que parecen llamados a desaparecer, pero que son tan dignos y tan necesarios como otros más reconocidos y mejor remunerados.

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Todos ellos son personas normales y corrientes. Son esa gran mayoría que suele pensar en el día a día de cada uno, y de los suyos, y en un futuro que a todos nos gustaría mejor . Se ganan la vida como saben, o como pueden, y suelen ser mucho más sensatos de lo que creen los políticos de turno . Cuando éstos preparan sus campañas electorales, no olvidan jamás tener en cuenta " la foto". La foto en la firma del preacuerdo del proyecto del preavance del pre-plan de mejora, la foto en los superhipermegaencuentros internacionales de alianzas estratégicas para la paz mundial, muchas "fotos"...

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A mí me encantó ésta última, que pude recoger hace unos días. Habían estado enfrascados en las tareas de limpieza del barco casi sin dirigirse la palabra unos a otros, más que para recibir las instrucciones necesarias, y observados por una pequeña nube de personas como yo, que no perdíamos detalle de sus silenciosos movimientos. Cuando todo parecía terminado, uno de ellos, africano, comenzó a hacerse fotos con el resto de la tripulación. Al principio tímidamente, y luego ya con risas . Me encantó el hecho de pensar que lo estaban haciendo con sus compañeros de trabajo - que imagino duro- , con los que posiblemente habrán pasado más de una noche en alta mar, con pocas horas de descanso, frío quizás, y humedad. Simpática cuando menos. Esto es lo bueno del día a día, que también existen este tipo de " fotos", aunque no las veamos en los periódicos. Son las de personas normales y corrientes. Esa gran mayoría.